Sunday, August 24, 2008

Mi carrera de voluntaria vino y se fue

Hace una semana fuí a mi cita con la oficina de la campaña de Obama. Les aviso desde ahora que mi intento fué mas o menos un desastre.  Pero también la situación me enseñó algo importante sobre mi: soy un poco cobarde. 

Cuando hablé con el coordinador de esa oficina, le dije claramente que no me interesaba hacer tareas que requieran llamar a gente que no estan esperando mi llamada, ó pararme en la calle a tratar de que la gente hable conmigo. El coordinador me dijo que el registrar a gente para votar no requeriría eso de mi: las personas interesadas en registrarse vendrían donde mí. Y le creí porque en varias actividades alrededor de Portland he visto a personas con mesas dedicadas a registrar a nuevos votantes. 

Cuando llegué, esperé 15 minutos para que me recibiera, aún habiendo hecho cita. Pero él estaba ayudando a par de señoras que estaban entrando información en la computadora, y era obvio que necesitaban mucha ayuda. No sabían como mover el mouse, no sabían como ir de una linea a la otra...en fín, les iba a tomar horas hacer lo que a una persona más tecnológicamente avanzada le tomaría veinte minutos. 

Por fín terminó, y vino a donde mi para orientarme. Me llevó a una mesa larguísima con docenas de carpetas. Cada una representaba un vecindario de Portland. Abrió una y comenzó a explicarme que contenían listas de casas que yo visitaría, porque los residentes no estaban afiliados a ningún partido y quizas yo podría convencerlos a votar por Obama. Ahí lo paré en seco.

-Yo te dije cuando hablamos que no quería hacer esto.

-Ah, ¿y de qué hablamos, entonces?

-De registración de nuevos votantes, o trabajo de oficina.

-Hay mucha gente que quiere hacer trabajo de oficina.

-Sí, como estas dos genias que casi ni saben prender una computadora- pensé

Me llevó a otra mesa donde me explicó lo de la registración. Me enseñó el documento que la gente debe llenar, y me sugirió que fuera a un sitio con mucha gente y que me les acercara. -Trata de hacerlo con una sonrisa- me dijo.

Y ahí me dí cuenta que me habían cogido de mangó bajito. Este tipo nunca tuvo la intención de decirme la verdad: que los unicos trabajos que tienen para sus voluntarios son del tipo que yo no quería. 

Pero pensé que a lo mejor podía superar el miedo a pararme en una esquina y acosar a las persona (con una sonrisa, claro).  Tomé los materiales y decidí intentarlo.

A la media hora de haber comenzado, me convencí por completo que esto no era para mi. No, para nada. Me fuí a mi casa con mis materiales y decidí devolverlos dentro de uno o dos días. 

Al día siguiente recibí una llamada de un voluntario de la campaña, preguntandome si estaba planeando regresar. Las plabaras exactas fueron, "We were wondering if you were ever planning on coming back", lo cual da a entender que me están regañando por no haber regresado ese día, aún cuando en ningún momento me dijeron que tenía que hacerlo. Ahí si que me enojé, porque una cosa es que me cojan de zángana y se aprovechen de que quiero ayudar, ¿pero que me llamen de esa manera? Les pregunté si no se les había ocurrido que quizás en mi primer intento no haya podido registrar a nadie. Mi interrogador no me contestó la pregunta, y no le dejé que continuara hablando. Le dije que al próximo día entregaría todos los materiales, y así lo hice. 

Para nada asocio a estas personas directamente con el muy estimado Señor Obama, porque estas oficinas son como satélites de la campaña oficial. Pero si me trataron de esta manera a mí, me imagino que lo habrán hecho con otros tambien, y lo que me molesta de todo esto es que eso hace casi imposible que estas personas se ofrezcan de voluntarias la proxima vez que otra campaña se lo pida.  Y eso solo puede perjudicar al partido. Muchas de estas personas que establecen oficinas pequeñas de campaña vienen de otros estados, y cuando termina la campaña, se van. No entienden el impacto que dejan tras ellos, uno que perdura mucho despues de que se hayan ido a otros trabajos. 

¿Y por qué digo que soy cobarde? Porque desde un principio debí haberles dicho que no estaba cómoda con lo que estaba sucediendo. Debí haber dicho, -Les dije que esto no era para mí, y les expliqué exactamente lo que me interesaba hacer. Si no tienen lo que quiero, les deseo mucha suerte pero no puedo participar.-  En vez, lo que hice fue amedrentrarme, sabiendo muy bien, a fondo, que yo no quería hacer lo que me estaban pidiendo. Y cuando devolví los materiales, debí haberles hecho claro la impresión que me dieron, ya que no lo hice cuando debí haberlo hecho. 

Pues. ¡Que me sirva de lección!

2 comments:

Anonymous said...

Yo soy igual a ti... despues digo que debi haber dicho esto o aquello, pero es tarde ya.

Unknown said...

Lo importante es que viviste la experiencia y comprobaste que no te gustó. El momento no era el indicado, pero tendrás otras oportunidades para aportar de tus talentos. Tranquila, "pá trás ni pá coger impulso"! ;-)