Saturday, November 6, 2010

Robin Hood


Robin Hood es un personaje de leyenda. Le robaba a los ricos para darle a los pobres, y vivía en el bosque de Sherwood.

No es difícil imaginarse algun momento en la historia de la humanidad donde esa fantasía no haya existido. La leyenda fue escrita alrededor de los comienzos del siglo 15, aunque como personaje llevaba algun tiempo dando vueltas por las canciones y poemas de la tradición oral. Pero los acontecimientos del Robin Hood que conocemos hoy se dan acabo durante los ultimos años del siglo 12, cuando el rey Ricardo Corazón de León estaba lejos de su reino en Inglaterra, peleando contra el gran guerrero musulman Saladin en las Cruzadas.

Existen muchas versiones de la leyenda, la cual ha cambiado através de los siglos. En la versión más moderna de la leyenda, Robin Hood es un fiel sujeto del rey Ricardo I (conocido como Corazón de León), pero no del Príncipe Juan, quien en la leyenda está encargado del reino durante la ausencia de su hermano. Juan es descrito como un ser cruel y codicioso quien explota a sus sujetos, y aún mas a los que son pobres. Esto contrasta con la imagen de Ricardo, quien está arriesgando su vida en nombre del cristianismo. Juan lo que quiere es poder y dinero, y es por esto que Robin Hood decide robar. Con el pasar de los siglos, ya sabemos muy bien que el tiempo altera la versión de muchos eventos historicos. Aunque existe documentación de los hechos ocurridos durante el reinado de Ricardo, las verdades del asunto no sobrevivieron en la leyenda del valiente Robin.

¿Quién fue Ricardo Corazón de León?

Ricardo proviene de un pedigrí impresionante. Era hijo de Enrique II y Leonor de Aquitania, nieto de Enrique I y biznieto de Guillermo el Conquistador (quien llego de Normandía para -- claro -- conquistar a Inglaterra). Esa conquista cambió a Inglaterra para siempre, introduciendo la cultura normanda a la anglosajóna de Inglaterra. Esa combinación ayudó a crear el lenguaje inglés que hoy conocemos.

Muchas batallas se tuvieron que pelear para que Ricardo pudiera obtener ese pedigrí. No en balde se le conoce comunmente por su apodo - Corazón de León - y no por su nombre oficial, Ricardo I.

Ricardo era el tercer hijo de su padre el rey Enrique II, o sea que no se esperaba que llegara a heredar el trono. Ricardo no opinaba igual, y por eso atacó a su padre para deponerlo. Al ganar la batalla, se instaló como rey. Bajo su reinado ocurrieron muchos mas episodios de violencia, y llegó el momento que Ricardo decidió que, si quería salvar su alma, tendría que hacer un gesto mucho mas grande que el confesarse ante un cura o donar dinero a la iglesia. Decidió pelear en la cruzadas en Jerusalen, pensando que nada menos que el liberar a la ciudad en nombre del cristianismo lo podría salvar. Pero su campaña le iba a costar mucho dinero, y por eso comenzó a subir los impuestos que le cobraba a sus sujetos. Mientras mós tiempo pasó en las cruzadas, mas dinero necesitaba, y mas subían los impuestos. Por fín gran parte de la ciudadanía cayó en pobreza y hambruna. Y de esa realidad, la cual permaneció en la memoria colectiva del país por mucho tiempo, nació nuestro Robin Hood.

¿Quién fue el Príncipe Juan?

Para comenzar, no fue el encargado del reino mientras Ricardo estaba ausente, como dice la leyenda. Juan ya había perdido, a la fuerza, su herencia de las tierras en la region de Aquitania, las cuales pasaron a manos de Ricardo. Al Ricardo no haberlo nombrado como regente, Juan intentó de muchas maneras de deponerlo en su ausencia. No lo logró, pero estos intentos obligaron a Ricardo abandonar su cruzada antes de lograr su meta, y tuvo que regresar a Inglaterra.

Un año después de su regreso, Ricardo murió. Juan heredó el trono pero no tuvo la capacidad de ser un buen rey. Recién casado, se decía que pasaba mas tiempo en la cama con su bella esposa que atendiendo a su reinado. Perdió muchas tierras; algunas habían estado en su familia por generaciones, y otras fueron ganadas a la fuerza. En contraste al flamante apodo de su hermano, a Juan le llamaban Lackland (Sin tierra). Su acto mas famoso fue el firmar, a la fuerza de nuevo, el Magna Carta, un documento de importancia historica enorme ya que limitaba los poderes de los monarcas. Fue una victoria para los sujetos ingleses y para lo que se conoce hoy como la ley constitucional, pero para la realeza fue un gran paso hacia atrás.

El regreso de Ricardo

En el tiempo que pasó en las cruzadas, Ricardo ofendió gravemente a un tal Duque Leopoldo V, de Austria. La ruta de regreso a Inglaterra llevaría a Ricardo por las tierras de Leopoldo.

En la leyenda, Ricardo llega disfrazado a Inglaterra porque cree que si lo reconocen los hombres de Juan, lo matarían. En realidad, Ricardo si tuvo que disfrazarse, pero por causa de Leopoldo y no de Juan. Ricardo temía que Leopoldo lo matara, ya que le acusaba (entre otras cosas) de haber matado a su primo. Desafortunadamente, el disfraz no funcionó y Leopoldo secuestró a Ricardo. Se lo entregó al Emperador del Sacro Reino Romano Germanico, quien enseguida exigió 65,000 libras de plata para su rescate.

Le tocó a la madre de Ricardo, Leonor, el conseguir esa suma. Para conseguirlo, se crearon mas impuestos. Inglaterra estaba al punto de la quiebra, y sus sujetos no podían lidiar más. En total, Ricardo estuvo de prisionero por dos años esperando por su rescate.

En la leyenda de Robin Hood, Ricardo es descubierto por Robin al estar a punto de llegar a su castillo. Robin se ofrece a ser su guardaespalda hasta que llegue a retomar su trono. En realidad, el más responsable de los problemas de Inglaterra fue Ricardo, y un hombre como Robin no lo hubiese defendido.

La leyenda y su epoca

Versiones originales de esta leyenda, a comienzos del siglo 15, no ponen a Robin Hood durante el tiempo de Ricardo. No fue hasta el siglo 16 que se le atribuyen los acontecimientos de la leyenda a su reinado, el cual ocurrio a finales del siglo 12 (Ricardo murió en el año 1199).

Ya entendemos por qué esa epoca le cae tan bien a la leyenda, ya que ese tiempo fue uno especialmente duro para Inglaterra. Pero hay una curiosa coincidencia, y es que fue la madre de Ricardo, Leonor de Aquitania, la que trajo la tradición de trobadores a la corte inglesa. Las canciones y poemas de los trobadores tenían como influencia el romance y caballerismo - temas que no aparecen en la Inglaterra anglosajona que existía antes de la conquista normanda. La leyenda de Robin Hood fue escrita como una gesta, y cuando se le añadió el personaje de Marian - la mujer que Robin ama - la leyenda cae exactamente dentro de la tradición romantica que Leonor trajo a Inglaterra desde su hogar en lo que es ahora el sur de Francia.

Thursday, January 28, 2010

Confesiones II

Soy una vaga.

He tenido varias ideas sobre temas para este blog, y no he hecho nada.

Soy bien vaga.

¿A quién habré salido? ¿A quién en mi familia puedo culpar por esta falla en mi caracter? Imposible que simplemente sea culpa mía.

Saturday, October 25, 2008

Confesiones

Los días grises y lluviosos no me molestan tanto como antes. Claro, es difícil bregar con ese tipo de clima mes tras mes, pero de vez en cuando se siente hasta acogedor.

Me encantan los cambios de estación. Yo soy el tipo de persona que necesita hacer cambios frecuentemente. Un cambio de estación es uno del que no me tengo que preocupar, ya que sucede sin yo tener que hacer ni el mas mínimo esfuerzo. El calor, especialmente el humedo, me pone de mal humor. Cuando llega el otoño, me agrada salir con mi sueter y sentir que el aire se torna mas frío y fresco. Y claro, menos humedad quiere decir que mi pelo se ve fabuloso. 

No me gustan las morcillas. He tratado, pero no. 

El café no me gustaba hasta pasados mis treinta. Ahora me gusta, pero aún se me hace difícil tomarmelo negro. Me encanta un café con leche bien azucarado. Quizás algún día aprenda a tomarmelo como una adulta, y no como una niña obsesionada con sabores dulces. Pero por ahora, me lo tomo como si no existiera la diabetes. 

Me encantala pastelería, y después de haber hecho mi proprio pan y haber hecho tortas y galletas, sospecho que tengo talento. Pero la última vez que de verdad me boté haciendo todas esas cosas, aumenté diez libras y bastante me tomó rebajarlas. Ahora no me atrevo ni a abrir el paquete de harina. 

Me gusta cocinar, y la buena comida. Pero también me encanta McDonald's. No voy mucho, pero cuando voy, me lo saboreo aún sabiendo que me va a caer como metralla. Sí, sí, es porquería, pero es mi porquería.

Saturday, August 30, 2008

Emparejando y rebobinando

Hace par de semanas me enteré de una oportunidad para ganarme unos chavitos extra. Una compañía necesitaba gente que habla español como su primer idioma para grabar una serie de palabras y frases. Esas grabaciones las usarían para crear los sistemas de de telefono que reconocen voces. Por ejemplo, cuando llamas al banco y le dices al sistema que quieres mover esos dos pesos y tres chavos de tu cuenta de ahorros a tu cuenta corriente porque si no te va a rebotar el cheque de la luz. 

Todo muy fácil. Llegué y comenzé a repetir todo lo que aparecía en la computadora. 

-Sí.

-No.

-Cinco y catorce

Chévere. El muchacho que estaba conduciendo las grabaciones me había dicho que hacer si cometí a un error. -¿Que error voy a cometer?- pensé. 

No tomó mucho para ver cuales errores si era capaz te cometer. Después de leer cincuenta - sí, cincuenta - numeros de telefono, hasta decir uno, dos, tres se puede convertir en trabalenguas. O, por ejemplo si tengo que decir "dos siete tres", ya al decir el "dos" estoy viendo el "tres", y me sale "dros". 

-¿Y que pasa si meto la pata?

-Nada, cortamos esas partes. 

-Okay. Cuatro y veinte. Dos zero dos cinco cuatro tres dos ocho seis uno. 

Se puso un poco aburrido, pero me entretuve tratando de adivinar para cuales industrias se usarían estas grabaciones. Por ejemplo, luego de decir "Mandar mensaje de texto, llamar a casa, apagar auricular" era fácil adivinar que sería para la industria de celulares, o Bluetooth. O, "Cinco grados centígrados, ochenta grados fahrenheit, diez de marzo del milnovecientossetenta" sería para algún sistema metereológico. Aunque todavía no sé para que eran los, "Cocinar en horno de convección a cutarocientos grados por veinte minutos, hornear a doscientos grados por dos horas." Digo, obviamente algo de cocina, ¿pero a qué aparato le vas a decir esas cosas? Me imagino una super-estufa, en la cual solo pones el pernil en el horno y le gritas desde el otro cuarto mientras ves televisión.

Mi trabalenguas mas fuerte vino cuando tuve que decir "Comenzar emparejamiento" tres veces seguidas. Primero que nada, me quería salir "empajeramiento". Segundo...¿qué? Nunca he usado "emparejamiento" en este tipo de contexto.

-Empaje...emparejamiento (¿y esa palabra de donde salió) de mensajes, empa...rejamiento de (ah, lo mas seguro quieren decir "sincronizar") mensajes, emparejamiento (por favor, sincronizar es mucho mas fácil) de mensajes.

-Rebobinar (¿¡qué?!), rebobinar (ah, "rewind", lo mas seguro), rebobinar (si esto fuera para puertorriqueños sería "darle riwaind" o " dar pa'trás")

-Trece veinte (ah, horas militares) trece...veinte (yo nunca digo la hora así, ¿se dirá trece veinte o trece y veinte?), trece veinte (que se joda)

En total dije algunas 700 frases y numeros. Al final, el muchacho me dice que la última parte tomará solo cinco minutos.

-En la pantalla vas a ver una serie de preguntas. Contéstalas en voz natural y frases completas, lo que queremos es capturar tonos de voz que sean iguales a como la gente habla en conversación. ¿Lista? Okay.

-¿En que ciudad pastaste tu niñez? Pasé mi niñez en San Juan, Puerto Rico.

-¿Cómo contestas el teléfono? Cuando contesto el teléfono digo "hello". (duuhh, hubiese dicho "hola", no me están pagando para hablar inglés)

-¿Cuales idiomas hablas? Los idiomas que hablo son el español, el inglés, e algo de italiano. 

-Como describirías el clima en tu ciudad? El clima en mi ciudad es...este...lluvioso en el invierno y...¿soleado en el verano? (que zángano me salió eso)

-Habla por los próximos 40 segundos de lo que quieras. (¿qué? ¿!de qué carajo voy a hablar así de momento?! Pues....soy de Puerto Rico y...allí pasé me niñez y....(Dios mío, que verguenza) casi toda mi familia todavía esta por allá y...pues...me fuí a la universidad en Nueva York y...este...(este muchacho pensará que lo unico que se hacer en español es leer tonterías y no hablarlo de verdad) entonces me vine a Portland y..al tiempo me fuí a Florida pero no me gustó, y....(que baboserías me están saliendo por esta porquería de boca, por favor) me gusta Portland o sea que regresé. 

Ahí miré al muchacho como diciendo "no existen mas palabras en este mundo que yo quiera decir en este momento." 

Aprendí dos cosas de esta experiencia: la palabra rebobinar, y que la situaciones inesperadas me quitan el don del lenguaje.         

Sunday, August 24, 2008

Mi carrera de voluntaria vino y se fue

Hace una semana fuí a mi cita con la oficina de la campaña de Obama. Les aviso desde ahora que mi intento fué mas o menos un desastre.  Pero también la situación me enseñó algo importante sobre mi: soy un poco cobarde. 

Cuando hablé con el coordinador de esa oficina, le dije claramente que no me interesaba hacer tareas que requieran llamar a gente que no estan esperando mi llamada, ó pararme en la calle a tratar de que la gente hable conmigo. El coordinador me dijo que el registrar a gente para votar no requeriría eso de mi: las personas interesadas en registrarse vendrían donde mí. Y le creí porque en varias actividades alrededor de Portland he visto a personas con mesas dedicadas a registrar a nuevos votantes. 

Cuando llegué, esperé 15 minutos para que me recibiera, aún habiendo hecho cita. Pero él estaba ayudando a par de señoras que estaban entrando información en la computadora, y era obvio que necesitaban mucha ayuda. No sabían como mover el mouse, no sabían como ir de una linea a la otra...en fín, les iba a tomar horas hacer lo que a una persona más tecnológicamente avanzada le tomaría veinte minutos. 

Por fín terminó, y vino a donde mi para orientarme. Me llevó a una mesa larguísima con docenas de carpetas. Cada una representaba un vecindario de Portland. Abrió una y comenzó a explicarme que contenían listas de casas que yo visitaría, porque los residentes no estaban afiliados a ningún partido y quizas yo podría convencerlos a votar por Obama. Ahí lo paré en seco.

-Yo te dije cuando hablamos que no quería hacer esto.

-Ah, ¿y de qué hablamos, entonces?

-De registración de nuevos votantes, o trabajo de oficina.

-Hay mucha gente que quiere hacer trabajo de oficina.

-Sí, como estas dos genias que casi ni saben prender una computadora- pensé

Me llevó a otra mesa donde me explicó lo de la registración. Me enseñó el documento que la gente debe llenar, y me sugirió que fuera a un sitio con mucha gente y que me les acercara. -Trata de hacerlo con una sonrisa- me dijo.

Y ahí me dí cuenta que me habían cogido de mangó bajito. Este tipo nunca tuvo la intención de decirme la verdad: que los unicos trabajos que tienen para sus voluntarios son del tipo que yo no quería. 

Pero pensé que a lo mejor podía superar el miedo a pararme en una esquina y acosar a las persona (con una sonrisa, claro).  Tomé los materiales y decidí intentarlo.

A la media hora de haber comenzado, me convencí por completo que esto no era para mi. No, para nada. Me fuí a mi casa con mis materiales y decidí devolverlos dentro de uno o dos días. 

Al día siguiente recibí una llamada de un voluntario de la campaña, preguntandome si estaba planeando regresar. Las plabaras exactas fueron, "We were wondering if you were ever planning on coming back", lo cual da a entender que me están regañando por no haber regresado ese día, aún cuando en ningún momento me dijeron que tenía que hacerlo. Ahí si que me enojé, porque una cosa es que me cojan de zángana y se aprovechen de que quiero ayudar, ¿pero que me llamen de esa manera? Les pregunté si no se les había ocurrido que quizás en mi primer intento no haya podido registrar a nadie. Mi interrogador no me contestó la pregunta, y no le dejé que continuara hablando. Le dije que al próximo día entregaría todos los materiales, y así lo hice. 

Para nada asocio a estas personas directamente con el muy estimado Señor Obama, porque estas oficinas son como satélites de la campaña oficial. Pero si me trataron de esta manera a mí, me imagino que lo habrán hecho con otros tambien, y lo que me molesta de todo esto es que eso hace casi imposible que estas personas se ofrezcan de voluntarias la proxima vez que otra campaña se lo pida.  Y eso solo puede perjudicar al partido. Muchas de estas personas que establecen oficinas pequeñas de campaña vienen de otros estados, y cuando termina la campaña, se van. No entienden el impacto que dejan tras ellos, uno que perdura mucho despues de que se hayan ido a otros trabajos. 

¿Y por qué digo que soy cobarde? Porque desde un principio debí haberles dicho que no estaba cómoda con lo que estaba sucediendo. Debí haber dicho, -Les dije que esto no era para mí, y les expliqué exactamente lo que me interesaba hacer. Si no tienen lo que quiero, les deseo mucha suerte pero no puedo participar.-  En vez, lo que hice fue amedrentrarme, sabiendo muy bien, a fondo, que yo no quería hacer lo que me estaban pidiendo. Y cuando devolví los materiales, debí haberles hecho claro la impresión que me dieron, ya que no lo hice cuando debí haberlo hecho. 

Pues. ¡Que me sirva de lección!

Tuesday, August 12, 2008

De voluntaria

Hace unas semanas recibí una llamada de la campaña de Barack Obama. Tienen mi numero de telefono porque hice un donativo a su campaña hace un tiempo. Estaban buscando voluntarios. Me interesó la idea de ayudar, pero tengo una mala maña de ponerme vaga y no comprometerme a hacer cosas que me saquen de mi casa en un fin de semana. Al fin de cuentas, no les devolví la llamada.

La semana pasada me llamaron de nuevo. Esta vez decidí que no solo era importante el involucrarme con una causa en la que creo, pero tambien era importante que yo tratara de ser menos vaga de lo que soy. Decidí llamar y ofrecerme de voluntaria, pero con condiciones, y si no estaban de acuerdo, pues ya. En el mensaje mencionaron que estaban buscando a personas para hacer llamadas, o irse por diferentes vecindarios a tocar puertas. Eso sí que no es para mi, pero estaba segura que habían más cosas por hacer.

Llamé a las 8 de la noche, pensando que dejaría un mensaje con mis estipulaciones, pero tambien ofrciendome para otras tareas, por ejemplo, de oficina, o que usaran mis dotes de bilingüe. Me sorprendí cuando alguien contestó. Sonaba un poco ajorado pero cuando le dije que quería ofrecerme de voluntaria, enseguida me ayudo. Le expliqué mi situación, y al saber que hablo español me dijo que necesitan gente bilingue para ayudar a personas a registrarse para votar. -Van a venir a donde tí, porque vas a estar con una mesa dedicada a registrar gente-, me dijo.

Con eso sí puedo. Este sabado me presento para mi orientación, y espero poder ayudar a muchos latinos con esto de registrarse para votar. Ya les cuento como me vá.

Sunday, August 10, 2008

El cordal

Este viernes pasado me sacaron un cordal. Es el segundo que me han sacado y espero que el último.

El primero que me sacaron fue de emergencia, ya que se me rompió. Fuí a mi dentista, donde me dijeron que la raíz era demasiado profunda y tenía que hacer cita con un cirujano oral. Fuí a ver a la recepcionista para que me hiciera la cita.

-Solamente tenemos una oficina disponible para esta semana. Ellos aceptan nuestros casos de emergencia. Te pueden ver el viernes.

-Bien, hazme la cita entonces.

La recepcionista miró el calendario. -Solo uno de los cirujanos tiene tiempo abierto. Pero, debo avisarte que él no es, digamos, oficialmente un cirujano dental.

-¿No? ¿Y que es, entonces?

-Pues es uno de nuestros dentistas, pero ha hecho muchas extracciones de esta naturaleza. Le encanta hacerlas.

-¿Le encanta? ¿Entonces la cirujía oral es su pasatiempo?- dije, en son de chiste.

-¡Sí, así mismo!- contestó la recepcionista, contenta de haber dado con la descripción correcta y sin darse cuenta de la poca confianza que esa descripción, inicialmente jocosa, pudiera engendrar en cuanto al pobre dentista.

Que más, hice la cita y me presenté ese viernes. Me senté en la silla de tortura dental y esperé al cirujano. Ví a otros pacientes pasar por mi silla luego de pasar por lo mismo que iba a pasar yo, y se veían como muerte, caminando como ebrios y con un poco de manchas de sangre en los labios. Me empezé a asustar un poco. Cuando vino a presentarse mi dentista, lo hizo con un fuerte acento, y junto con su nombre que parecía ser eslavo, pensé que quizas en su país natal en algún lugar en Europa del Este sí fue cirujano dental, y ahora tiene que completar las equivalencias medicas de los EEUU, ya que en todos lados son algo diferentes. Muy amablemente me explicó que me iba a inyectar el anestésico, y que volvería en unos minutos cuando tomara efecto.

Aproveché esos minutos para profundizar en esta historia que me estaba inventando sobre la vida de este dentista, dandole una carrera sumamente exitosa en, digamos, Moscú, pero con lo peligrosa que se estaba convirtiendo esa ciudad luego de la caída del comunismo y la llegada de un capitalismo arrasador, tuvo que huír, y terminó consiguiendo empleo en una compañía de HMO dental en Portland. -Yo fuí cirujano dental en mi país- le dijo a sus jefes un día que se encontraban inundados de pacientes. -Yo puedo extraer ese cordal, ¡se los aseguro!- Y al sacar ese cordal, comprobó que el no haber completado los papeles que le piden en este país para certificarse como cirujano oral no significa nada. La cirujía dental corria por su sangre, como corría por la sangre de su padre, y el padre de su padre. Ahora era una estrella en esta oficina, y todas las otras oficinas afiliadas a este HMO en Portland mandaban sus casos mas urgentes a este dentista - no, dentista no, cirujano.

-Bien, Jennifer, ¿sientes esto?- y al decir eso hizo no se que en mis encías. No sentí nada, nada. Su genio se estaba manifestando ya. -Muy bien, empezemos entonces.-

He descrito ese proceso de extraer un cordal con raíces profundas como lo que queda de la odontología medieval. No duele, pero sí tienes a un dentista encima tuyo, con varios intrumentos metalicos y siniestros, dandole cantazos a tu diente hasta que se cae en cantos. Entonces hace algo mas con la encía, limpiando todo eso por ahí adentro, me imagino, y lo cose todo con hilo y aguja. Te sientes que te han caído a puños, pero dentro de la boca. ¡Pero nada me dolió!

-Ya terminé, Jennifer.

-¿¡Ya?!

-Sí, ya. Te voy a recetar Vicodin para el dolor.

-Ay sí, que bueno.- Este doctor sí que entiende.

-Y veo que tu dentista quiere que te saquemos el otro cordal. Vuelve a verme y te sacamos a ese también.

Mi esposo estaba esperandome, y había visto a los zombies sangrientos salir. Estaba esperando lo mismo de mí, pero salí despierta y con la boca libre de sangre. Y, sí, cuando por fín me recuperé (que, dicho sea de paso, me tomó como dos semanas para que la hinchazón se me bajara por completo), y pasaron los meses y mi dentista me empezó a preguntar que cuando pensaba sacarme ese cordal de una vez, llamé a la oficina de nuevo. Pero, como el no es un cirujano oficialmente, la recepcionista comenzó a sugerir a otros en esa práctica.

-Yo quiero al que me vió la última vez.

-Ah, sí, te puede ver el 8 de agosto.

Volví a la silla del ruso (no sé si es ruso, pero es la nacionalidad que le he asignado), y seguí creandole su historia. En esta ocasión comenzé donde lo deje la última vez - la nueva estrella de la cirujía dental. Los pacientes llegaban con mucho dolor y con miedo. -¡Me han dicho que el doctor que me va a ver practica la curijía oral como pasatiempo! ¡Tengo miedo!- Y las asistentes llevan a los pacientes a la silla con una pequeña sonrisa, asegurandoles que todo iba a estar bien. Al terminar todo los pacientes salían asombrados y sin nada de miedo. -¡Es increíble! Me estaba acribillando la boca pero no me dolió!-

-Hola Jennifer, ¿que lees?

Hablamos de el libro que tenía conmigo, el cual se sitúa en Cuidad Mexico. Hablamos un poco sobre esa cuidad en lo que me inyectaba la aguja del anestésico, una aguja grande, grandota, grandísima. Entonces repitió la exterminación total de mi otro cordal. Y esta vez casi ni me hinché, casi no me dió dolor, y me siento muy bien. Si la cirujía oral es su pasatiempo, pues, que bueno, porque eso quiere decir que está dedicado. Solo me tomé una Vicodin, mas como precaución que por el dolor, y me la tomé a su nombre. Salud, Doctor Ruso.