Saturday, October 25, 2008

Confesiones

Los días grises y lluviosos no me molestan tanto como antes. Claro, es difícil bregar con ese tipo de clima mes tras mes, pero de vez en cuando se siente hasta acogedor.

Me encantan los cambios de estación. Yo soy el tipo de persona que necesita hacer cambios frecuentemente. Un cambio de estación es uno del que no me tengo que preocupar, ya que sucede sin yo tener que hacer ni el mas mínimo esfuerzo. El calor, especialmente el humedo, me pone de mal humor. Cuando llega el otoño, me agrada salir con mi sueter y sentir que el aire se torna mas frío y fresco. Y claro, menos humedad quiere decir que mi pelo se ve fabuloso. 

No me gustan las morcillas. He tratado, pero no. 

El café no me gustaba hasta pasados mis treinta. Ahora me gusta, pero aún se me hace difícil tomarmelo negro. Me encanta un café con leche bien azucarado. Quizás algún día aprenda a tomarmelo como una adulta, y no como una niña obsesionada con sabores dulces. Pero por ahora, me lo tomo como si no existiera la diabetes. 

Me encantala pastelería, y después de haber hecho mi proprio pan y haber hecho tortas y galletas, sospecho que tengo talento. Pero la última vez que de verdad me boté haciendo todas esas cosas, aumenté diez libras y bastante me tomó rebajarlas. Ahora no me atrevo ni a abrir el paquete de harina. 

Me gusta cocinar, y la buena comida. Pero también me encanta McDonald's. No voy mucho, pero cuando voy, me lo saboreo aún sabiendo que me va a caer como metralla. Sí, sí, es porquería, pero es mi porquería.